Sé apocalíptico: Por qué lo radical se ha vuelto normal
«Es cierto, vivimos en una especie de fin de los tiempos. No es el fin del mundo −el planeta seguirá existiendo con o sin nosotros− sino el fin de los sistemas humanos que estructuran nuestra política, economía y vida social. “Apocalipsis” no tiene porqué implicar fantasías de rescate celestial ni el culto a la supervivencia del más fuerte; ser apocalíptico significa ver las cosas claras y comprometernos a recuperar los valores fundamentales.»